La prueba lingüística es una de las etapas esenciales de la localización de videojuegos y constituye un paso fundamental a seguir para lanzar un producto de juego en el mercado. Es una fase de trabajo que consiste en garantizar la calidad realizando comprobaciones para verificar la efectividad de los textos del juego (y más) y cuánto es apropiado para un público objetivo específico desde el punto de vista cultural, lingüístico y contextual.
¿Qué hace el probador lingüístico?
La figura profesional que se encarga de este proceso se llama probador lingüístico. Su tarea es «probar» el nuevo producto, asegurándose de que todas las partes de texto dentro del mismo se traduzcan con precisión. Esta etapa a menudo ocurre al final del proceso de localización.
La prueba lingüística constituye un paso clave y no debería subestimarse: el éxito de un juego también depende en gran medida de este aspecto. El riesgo que se corre al lanzar en el mercado un videojuego traducido inadecuadamente comprende, de hecho, la posibilidad de perder clientes, comprometiendo futuras ganancias.
Por lo tanto, el probador lingüístico tiene que investigar y corregir diferentes tipos de errores y problemas que puedan haber en un juego.
Entre ellos, se encuentran:
- errores tipográficos y gramaticales, como palabras incorrectas, letras faltantes, tiempos verbales incorrectos y construcciones semánticas;
- errores, a menudo consisten en fallas del software que conducen a resultados inesperados en el juego, también en lo que respecta a aspectos lingüísticos;
- errores de traducción que pueden afectar cualquier texto dentro del juego, menús, descripciones externas, guías del usuario, etc.
Prueba funcional versus prueba lingüística
En cuanto a los errores, los problemas técnicos pueden ser informados por el probador lingüístico si se refieren al idioma utilizado en el juego, mal funcionamiento en la lectura de subtítulos, posición inapropiada de textos en la pantalla y todos los aspectos relacionados con los componentes escritos y de doblaje del juego.
Los errores «clásicos» son, en cambio, típicos del desarrollo de software y generalmente son identificados y reportados por el probador de juegos, un rol profesional centrado en la implementación de la experiencia de usuario y la garantía de calidad del juego.
De hecho, existen dos roles profesionales enfocados en la prueba: el lingüístico y el funcional. A menudo colaboran y una fase de prueba sigue a la otra o se realiza simultáneamente, pero los profesionales involucrados en estas etapas son más de uno.
Fases de pruebas
Como hemos dicho, los roles profesionales involucrados en este proceso son dos: el tester de juegos y el tester lingüístico. El proceso en su totalidad en la industria de los videojuegos se compone de tres etapas clave:
Pruebas funcionales: en esta etapa, el tester de juegos debe asegurarse de que ningún error esté comprometiendo el juego. De lo contrario, los errores encontrados deben ser informados al equipo de desarrollo que los resolverá. Una vez que se han resuelto los errores, el tester lleva a cabo la llamada prueba de regresión para asegurarse de que el producto funcione correctamente después de los cambios realizados. En esta etapa, una de las tareas más desafiantes (también en términos de tiempo) es sin duda la prueba de matriz. Por ejemplo, si en un juego de lucha hay 10 personajes que deben luchar entre sí, el tester debe probar todas las posibles combinaciones para excluir cualquier error técnico.
Pruebas de traducción: en esta segunda fase, el tester lingüístico debe verificar la precisión y adecuación de la traducción, tanto gramatical como culturalmente, comprobando también el aspecto visual.
Pruebas de cumplimiento: un juego debe cumplir con las pautas de las empresas fabricantes, respetando sus reglas y terminología, para poder ser puesto en el mercado.
Habilidades de un tester lingüístico
Una de las principales características esenciales para un tester lingüístico es sin duda un profundo conocimiento del idioma de destino (a menudo es un hablante nativo de ese idioma).
Además, es esencial un conocimiento profundo del idioma inglés, ya que a menudo es el idioma de origen de la mayoría de los títulos de juegos.
Luego, esta figura profesional debe ser capaz de utilizar las herramientas informáticas más populares y debe tener habilidades en tecnología (además, debe tener un profundo interés por los videojuegos).
Finalmente, otras calificaciones útiles podrían ser la inclinación al trabajo en equipo (ya que debe estar en contacto constante con el equipo de desarrollo y el tester de juegos funcional), paciencia y atención a los detalles, considerando que el juego tendrá que ser revisado con precisión varias veces para garantizar un producto comercialmente válido.